Los mercados encadenan jornadas de fuertes pérdidas con jornadas de abultadas pérdidas y elevada volatilidad. En enero el FMI anticipaba un año de turbulencias en los mercados y poco después los riesgos que las generan se han disparado.
Al escenario de alta inflación (no vista en EEUU en 40 años), se une el de la guerra en Europa, con un agresor, Rusia, que tiene armas nucleares y es blanco de fuertes sanciones. Rusia no es una gran economía pero sí es una pieza clave en los mercados de la energía, las materias primas y productos agrícolas que ahora notan el boicot de los aliados occidentales a este país.
En una nota a clientes los analistas de JPMorgan se hacían eco de que con un “shock en el precio de la energía además del giro del banco central para centrarse en la inflación puede desalentar más aún el sentimiento de los inversores”.
La tentación de quedarse al margen de unos mercados que no levantan cabeza es clara. Pero no es la opción de inversionistas con años y experiencias en sus cuentas.
Los gurús lo tienen claro: el valor del dinero caerá
En 2014, cuando Rusia invadió Crimea, Warren Buffett dijo a la CNBC que, la única cosa de lo que se puede estar seguro “es que si fuéramos a una gran guerra el valor del dinero se caería, es lo que ha pasado en prácticamente todas las guerras de las que soy consciente. Lo último que quieres es mantener dinero durante una guerra”.
No, solo la guerra, la inflación también es enemiga, y mucho, del dinero. Cuanto más sube, menos capacidad de compra o inversión se tiene con él.
Pero en la misma línea que el Oráculo de Omaha, Dan Hunt, estratega senior de inversión de Morgan Stanley explicaba en un informe para abonados que en este ambiente de pérdidas masivas uno de los errores que se pueden cometer es “hacer cash y quedarse con ello”.
“Es un error que se añade al del pánico vendedor”, afirma para explicar que abandonar las inversiones impide aprovechar el fuerte rebote que llega a las acciones cuando se cambia el sentimiento.
Fuente: Yahoo Finanzas