Una de las misiones de cualquier tesorería es maximizar el rendimiento sobre su flujo de efectivo. Cuando se trata de comprar divisas, ya sea porque tienen que pagar compromisos en moneda extranjera o bien porque requieren crear existencias para realizar pagos posteriores, las empresas se ven frente a un abanico de posibilidades:

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● Comprar las divisas con los recursos disponibles en su caja.

● Utilizar una cobertura para congelar el tipo de cambio, pero sin comprometer su liquidez.

● Disponer de sus líneas de crédito para comprar divisas y almacenarlas para utilizarlas posteriormente.

Es muy común que cuando existe una oportunidad de mercado (por ejemplo, si el precio del dólar baja considerablemente frente a su promedio de días anteriores) los tesoreros decidan comprar dólares para utilizarlos después. Una mala práctica en este sentido es, precisamente, utilizar las líneas de crédito para comprar dólares. Te explicamos las razones:

  • Disponer de líneas de crédito para comprar dólares y almacenarlos priva a la empresa de los recursos que podría llegar a necesitar en caso de imprevistos que pueden surgir en cualquier momento.
  • Imprime un costo oculto en el tipo de cambio al que realmente se están comprando las divisas: si una empresa decide disponer de sus créditos hoy para comprar dólares, y lo pagará dentro de 60 días, entonces debería de considerar el costo financiero de los intereses en el tipo de cambio al que realmente le costaron los dólares.
  • Es mucho menos eficiente que, por el contrario, contratar una cobertura.

HACIENDO CUENTAS.

Imaginemos que tenemos una empresa que tiene disponible en su línea de crédito revolvente $ 2,000,000.00 con una tasa de interés fija del 10% anual. El día de hoy el peso gana terreno frente al dólar, con un tipo de cambio de $ 20.00 no visto en los últimos 3 meses. Frente a esta situación, es atractivo para la empresa comprar dólares porque implica obtener un precio más bajo que en días anteriores, aunque no tenga que pagar nada aún. Simplemente, quiere comprarlos para tenerlos en una cuenta en dólares y esperar a que se venzan sus facturas en los siguientes meses. Supongamos también que, dado que la compañía no genera todo el flujo para poder pagar esa disposición en una sola exhibición, decide que pagará intereses solamente y el capital lo pagará dentro de 87 días.

¿Realmente pagó $20.00 por cada dólar que compró? Hagamos algunos números:

La empresa dispondrá del crédito hoy por los $ 2,000,000.00, comprando USD$ 100,000.00 que dejará en su cuenta.

Por esta disposición, y en 87 días, la empresa pagará $ 48,333.20 por concepto de intereses (estos intereses se pagarán a fin de cada mes durante los 87 días), entonces el costo real que pagó por sus dólares sería:

Contravalor por la compra de USD$ 100,000.00 (Día 1) $ 2,000,000.00

Intereses generados durante 87 días $ 48,333.20

Importe total pagado para la compra de USD$ 100,000.00 $ 2,048,333.20

*Costo real por dólar $ 20.4833

Esta es una operación bastante común dentro de las empresas e imprime un doble costo para la compra de divisas: por un lado, es necesario incorporar el importe pagado por concepto de intereses a la cuenta, y por el otro, es necesario considerar que, si existe alguna necesidad urgente la empresa debería de vender estos dólares al mercado para obtener pesos, lo que podría generar una pérdida cambiaria subsecuente en caso de que la divisa se haya apreciado más.

Entonces, ¿Qué hacer?

La alternativa más viable para una empresa que desea aprovechar una oportunidad en el mercado, y que va acompañada de una lógica comercial (por ejemplo, que el tipo de cambio esté por debajo del tipo de cambio del presupuesto) es contratar una cobertura cambiaria a través de un Forward. Con esta alternativa la compañía puede:

● Congelar el tipo de cambio para compras futuras.

● Aprovechar la oportunidad que se da en el mercado.

● Reservar la disposición del crédito para lo que es realmente importante: oportunidades comerciales, financiar la compra de inventario, o apalancar el crecimiento de la empresa.

● Disponer de los dólares durante el plazo establecido conforme las necesidades de pago se vayan materializando.

Una cobertura busca que todas las empresas cumplan con su presupuesto, pero sin sacrificar su liquidez, porque podrás tener el mismo efecto práctico que comprar los dólares sin sacrificar recursos y lo podrás hacer a través de un contrato de derivados con márgenes únicos (donde solo destinarás el 6% del importe de la operación como colateral, que es reembolsable) o bien a través de una línea de crédito para derivados sin costo.

¿Cómo podemos demostrar que una cobertura es más eficiente que disponer de un crédito para comprar divisas y guardarlas? Cada empresa tiene un costo de financiamiento diferente, normalmente relacionado a una tasa variable (TIIE, por ejemplo) a la que se suman unos puntos porcentuales (Spread bancario). En el ejemplo que desarrollamos antes, nuestra empresa tenía una tasa fija del 10% anual (A la fecha de elaboración de este artículo equivale aproximadamente a TIIE + 3.75%). Ahora bien, las coberturas no tienen costo ni cobran una tasa de interés, pero sí existe una diferencia entre el precio de hoy ($ 20.00 ) y el precio FWD, aunque realmente son el mismo solamente que se ven en un periodo de tiempo diferente.

Supongamos entonces que la empresa decide cotizar una cobertura a 87 días, la cotización se vería así:

TC Spot $ 20.00

Plazo 87 días.

TC FWD $ 20.3213

A simple vista la empresa podría pensar “con una cobertura, el tipo de cambio se encarece 35 centavos respecto a lo que pagaría hoy”, y aunque si bien los precios son diferentes, realmente son equivalentes porque uno está en el día 1 y el precio forward se encuentra en el día 87.

Si pudiéramos convertir esta diferencia a una “tasa de interés equivalente” (que no lo es, pero para fines de demostración así lo haremos) el resultado sería:

Diferencia entre TC hoy vs TC FWD: $ 0.3213

Plazo 87 días.

Tasa de interés equivalente 6.64%

Frente a pagar un 10% de intereses o un 6.64%, ¿Cuál alternativa elijes? Estas disyuntivas que tienen todo el tiempo las tesorerías deben de resolverse con números y no con suposiciones. Utilizar una cobertura es un 34% más económico que disponer del crédito y comprar los dólares hoy. Este ahorro se traduce para la empresa en pagar $ 16,200.00 menos para comprar los dólares y teniendo el mismo efecto práctico, ¿En qué puedes utilizar este ahorro, en dónde le hace más falta a tu empresa?

El propósito último de una cobertura es lograr proteger la rentabilidad de cada empresa que realiza operaciones con divisas. Existen alternativas para maximizar el ahorro en estas operaciones brindando certidumbre en el largo plazo.

Fuente: El Financiero